sábado, 7 de julio de 2012

El collar maldito I: Edad Mito-heroíca


Existen objetos que portan una maldición: son atraídos poderosamente por la vanidad de las personas y por su culpa los hombres matan y a veces, también mueren. Uno de ellos es un collar... y además griego.

Hace muchos años (¿s.XVI AC?) un príncipe de Canaan, hijo del rey de Tiro, llamado Cadmo, llega a Grecia en busca de su hermana Europa. La pobre había sido secuestrada por el padre de todos los dioses, Zeus, que se la llevó en un “toro volador” o “navegador”. El referido Zeus también pudo haber sido un cretense enamorado (pues en realidad su travesía acaba en Creta).

Mosaico romano: Europa raptada por el toro de Zeus
En su viaje de búsqueda desde Fenicia a Grecia, Cadmo civiliza los pueblos atrasados que encuentra y les enseña importantes avances de la civilización como el alfabeto, la agricultura y el trabajo en bronce. Se trata de uno de esos Príncipes extranjeros como Danao el egipcio, Pelope el lidio o Cecrope el "de la tierra" que abrieron nuevos caminos a la cultura y diversificaron la economía de los primeros europeos desde las regiones más avanzadas de Egipto, Asia Menor y Oriente Próximo...

Buscando pistas del paradero de su hermana, Cadmo decide consultar al famoso Oráculo de Delfos, que le ordena asentarse donde se acueste una vaca con una luna dibujada en la frente (tal vez Cadmo no entendió bien el mensaje o el Oráculo la pregunta...).

Al salir del templo de Apolo, ve una vaca y comienza a seguirla. La vaca pasea desde la Fócide hasta Beocia y se sienta delante de la cueva de un feroz dragón (o serpiente, tal vez) llamado Ismeno, que custodia la fuente llamada Ismene o Aeonia (posteriormente llamada fuente de Dirce, excepto para Higinio que la confunde con Castalia). En los ritos fundacionales de las ciudades se necesita agua y también hay que purificarse para el sacrificio de la vaca a Atenea (con el que Cadmo inaugura el culto a Palas Onka). Pero la serpiente no les deja acceder al agua y devora a unos cuantos tirios (los detalles en las Metamorfosis de Ovidio). Cadmo mata a la bicha, ganándose el rencor del dios Ares, dueño o padre de la criatura. Sobre la sangre del dragón (¡Uf!) construye una ciudad (Cadmea, luego Tebas). Y el agua la consigue en la cueva Coreirea.


Cadmo arreándole una pedrada a Ismeno, en presencia de Harmonia y Atenea
Cadmo planta unos pocos dientes del dragón en la tierra por inspiración de la diosa Atenea (rival de Ares) como si fueran semillas. Así surge de la tierra la raza de los Espartos (sembrados), guerreros indómitos y de muy mala leche que comienzan a pelear entre ellos hasta que sólo sobreviven cinco o seis. Espartoi titulares: Equion “hombre serpiente”, Udeo “hombre del suelo”, Ctonio “de la tierra”, Peloro “monstruoso”, Hiperenor “altivo” y suplente Ástaco “langosta”,que serán las cabezas de las casas nobles de Tebas.

Cadmo es juzgado por los dioses y castigado por el crimen cometido a servir durante un año en casa de Ares. Los años de los dioses duran al menos ocho años normales. En el tiempo que pasa sembrando los campos, alimentando el ganado de Ares, limpiando la casa, lavando la ropa, preparando la comida y llenando la copa del dios, conoce a la familia de su patrón. De esta manera, empieza a salir con la joven Harmonía, hija de Ares y de Afrodita.

Los Espartos de la peli de Jason y los Argonautas. Para ser coherentes con la historia, Atenea regaló algunos dientes sobrantes a Eetes, rey de la Cólquida

Harmonía, haciendo honor a su nombre, reconcilia Cadmo con su padre, evitándole un mayor castigo. Cadmo y Harmonía deciden casarse, conque se abandona definitiva mente la búsqueda de Europa. A la boda acuden todos los dioses, o casi todos. El regalo principal es un collar y un peplo a juego, realizados por Hefesto (¿además de golpear el yunque, también cosía?). Sobre estos objetos pesa la famosa maldición.

Motivos para una maldición:
  •  Harmonía es hija de los amores adúlteros de Ares y Afrodita. Hefesto es el marido cornudo de Afrodita. Un tema constante en toda la mitología clásica es la divinidad agraviada y vengativa. Velo y collar están fabricados con el mismo material que la cadena que aprisionó a Ares a la cama de Hefesto, cuando se acostó con Afrodita, de cuya unión nace Harmonía. Detalle recogido en la fábula 148 de Higino.
  • La maldición es responsabilidad de Europa, que lo consigue de su amante Zeus. Cuando se entera de que su hermano deja de buscarla, se siente muy ofendida. Y Zeus, a través del regalo de Hefesto, castiga a Cadmo.

El tesoro pertenece durante generaciones a la casa real de Tebas. Va a traer desgracias a todas sus propietarias. La primera fue Harmonía. Curiosamente a la primera propietaria del collar, no le fueron tan mal las cosas, la maldición cae directamente sobre sus hijas (recuerda un poco al libro del Génesis: la maldición de Noe no cae sobre Cam sino sobre su hijo Canaan). Cuando Cadmo es obligado a abandonar Tebas (presumiblemente a causa de un golpe de estado de su nieto Penteo), Harmonía le acompaña. Cuando llegan al país de los Enqueleos, les ayudan en su guerra contra los Ilirios. Después él y Harmonía fueron transformados en dragones y enviados al Eliseo, o según otras fuentes fueron llevados allí en un carro tirado por dragones. Pero el collar se lo dejaron en casa.

Sémele, hija de Cadmo, es una amante que recibe a Zeus secretamente en sus habitaciones. La celosa esposa de Zeus, Hera, toma la forma de la vieja Béroe, nodriza de Sémele. Intenta convencerla de que su amante no era Zeus, sino un hombre normal y corriente (y además cretense). Entonces, Sémele pide a Zeus que le demuestre su poder, y éste, porque Sémele ya estaba embarazada, jura por la Estigia (los dioses juran por Estigia y los héroes por el Orco) concederle cuanto le pida. Engañada por Hera, le pide que se le aparezca con todo su esplendor, con el fulgor radiactivo de su carro y lanzando rayos, de esta forma no cabe duda de que se trata de dios. Esto provoca la muerte de Sémele por exposición, aunque su hijo si se salva y llega a hacer carrera en el Olimpo: se trata de Dioniso. Sémele en estado de coma irreversible, es intervenida de una cesárea de emergencia por Hefesto, con su hacha, y el niño injertado en el “muslo” de Zeus como si fuera una incubadora.

Después se produce un periodo de anarquía en Tebas con la muerte desgraciada de varios sucesores de Cadmo. El trono corresponde al hijo mayor, Polidoro, pero éste o bien acompaña a sus padres al destierro o bien es expulsado por su sobrino, Penteo, hijo de Ágave, la hermana de Sémele.

Agave esta casada con el esparto Equion quien regenta el reino en ausencia de Cadmo. En calidad de reina de Tebas es la siguiente propietaria del collar. Se dedica a difundir noticias falsas sobre la muerte de su hermana Sémele. También influye en su hijo el rey Penteo que prohíbe el nuevo culto que  predica Dionisio, el hijo de Sémele, quien además de hijo de Dios y profeta era visto con un rival advenedizo al trono.

Dionisio consigue que sus tías Agave, Ino y Autonoe participen en una bacanal que esta organizando en el monte Citerion. Penteo acude a detenerlo. En el frenesí alcohólico, las bacantes despedazan al rey Penteo y Agave le corta la cabeza a su hijo, que confunde con un cervatillo. Las drogas no son buenas, como dijo Eurípides.

Muerte de Penteo en figuras rojas
Con Polidoro fuera de juego, el trono debe corresponder a su hijo Lábdaco (“el cojo”), que todavía es muy joven. Por este motivo, asumen la regencia de Tebas los hermanos Lico y Nicteo, hijos del esparto Ctonio (presumiblemente). Polidoro estaba casado con Nycteis, hija de Ctonio, por tanto Lico y Nicteo asumieron el reino en nombre de su cuñado. Esta pareja de hermanos había hecho amistad con el rey Penteo después de asesinar a Flegias, rey del Orcómeno de Beocia (Flegias en Hades detenta un negocio de transporte de viajeros a través de la Estigia, de la misma manera que Caronte tiene la franquicia sobre el Aqueronte).

En Tebas reina Nicteo, que tiene una hija llamada Antíope, de belleza extraordinaria y pretendida por numerosos príncipes y reyes de Grecia. Muy guapa pero con estrabismo convergente (¿anti ops?) como se observa en algunas obras de arte.


Zeus sátiro y Antiope en un mosaico romano
Zeus (presuntamente) es el amante que deja embarazada a Antiope, disfrazado de sátiro. Antíope debe huir de la cólera de su padre, quien no se creía que el noviete de su hija fuera el rey de los dioses y la acusaba de blasfemia (quizá pensara que se trataba de un astuto cretense). Aconsejada por el mismo Zeus disfrazado de lechuza, la muchacha se refugia en Sición, llamada Fegeide en aquellos tiempos, en la corte de Epopeo (advenedizo malvado que mandaba en Fegeide en aquellos tiempos).

Nicteo la persigue con su ejército hasta la corte de Epopeo I, donde se había exiliado Antíope, hecho que éste considera como alta traición. Antíope se casa con Epopeo, que esperaba ocupar el trono de Tebas. En la guerra entre las dos ciudades Nicteo resultó herido, pero antes de morir encarga a su hermano Lico que castigue a su hija.

Lico asume el trono de Tebas, como regente de Lábdaco. Lico consigue matar a Epopeo I y lleva de vuelta a Antiope a Tebas. Durante la guerra, Lábdaco llega a su mayoría de edad y obtiene brevemente el reino, pero muere luchando con el rey de Atenas, Pandión I, que lucha para poner a su candidato llamado Sicion “el ateniense” en el trono de Epopeo (el general Sición tenía ciertos derechos al trono por parte de su esposa) y que contaba con el apoyo del rey de Tracia Tereo. Layo (“trenco”), hijo de Lábdaco (“cojo”), es muy joven para reinar, por lo que Lico vuelve a asumir el poder. En el camino de regreso a Tebas, Antíope da a luz los dos gemelos que había tenido de Zeus, Zeto y Anfion, los Dioscuros tebanos. Los niños de Zeus son abandonados y recogidos por una familia de pastores del monte Citerion.

Dirce la esposa del rey Lico, era una presumida y vanidosa que le gustaba mirarse a un espejo mágico con el collar de la desgracia puesto. Envidia la belleza de su sobrina Antíope y la maltrataba tirándole del pelo, arañándole la cara e incluso llegó a atarla de los cuernos de un toro. Además Lico se siente atraído por la belleza de su sobrina. La malvada Dirce, carcomida por los celos, la encierra en una celda oscura sin agua para beber. Pero la cautiva logra escaparse, huyendo al monte, donde vivían sus hijos. Éstos, juran vengar a su madre y atacan Tebas. Consiguen destronar a Lico y atan a Dirce a un toro que la arrastra hasta matarla. En su lugar de martirio existe una fuente famosa.

Dirce en un fresco de Pompeya. Lleva un collar, que parece de oro...
 Dionisio, en venganza por la muerte de Dirce, que era su sacerdotisa, enloquece a Antíope, quien vaga por Grecia sola y abandonada en un estado lamentable hasta que conoce al príncipe Foco, nieto de Sísifo que se casa con ella. Cuando muere, Antíope es enterrada en la misma tumba que su esposo (es una de las ánimas que se aparece a Ulises cuando visita el Hades).

La vida de Antíope está calcada en otras mujeres de la mitología (Calisto, Auge, Danae, Ío, Antiope), todas madres de héroes. “La tragedia de la joven” (de Walter Burkert) tiene un esquema muy cercano al de un cuento popular:
- jovencita seducida (o violada) por un dios disfrazado (de toro, sátiro, lluvia dorada, de mujer...)
- tribulaciones (maltrato, vagabundeo, separación de su familia) y nacimiento del hérioe
- salvación y reconocimiento, por su nuevo marido o por su hijo...

El trono de Tebas lo comparten los hermanos Zeto (casado con Aedon) y Anfion (casado con Niobe) que reinan en Tebas desplazando al legítimo heredero, Layo, que es expulsado. El rey Pélope de Pisa, en Elide, en el Oeste del Peloponeso, le concede asilo político. Al principio, el reinado de los gemelos augura prosperidad. Zeto es un músico, a cargo del ministerio de cultura y de fomento, que con su lira es capaz de levantar bloques de piedra y construir las murallas de la ciudad. Anfion es un guerrero y un cazador que se encarga del ministerio de agricultura y ganadería y también del ejército. A lo mejor las competencias las asumen al revés. A sus esposas les gustan los collares...

Aedon, reina consorte de Tebas por su matrimonio con Zeto, e hija de Pandareo de Éfeso, comienza a pasearse con un extraño collar. La reina es la mujer más hermosa y la más rica de Tebas. Sólo una mujer le hace sombra: su concuñada Niobe.

Aedon sólo tiene un hijo llamado Itilo, pero Anfion y Niobe tienen seis. Loca por los celos, decide matar al primogénito de su rival. Parece que los dos chavales dormían juntos en la misma habitación, uno a cada lado de la cama. Por la noche, aprovechando la oscuridad, Aedon clava el bronce con saña en un bulto. Por la mañana, descubre que ha asesinado a su propio hijo, pues los niños cambiaron su lugar al acostarse. El tema de la confusión por la oscuridad, también es típico del cuento (Pulgarcito), de la mitología (Trofonio) y de la historia de Herodoto (Rampsinito). Los dioses la convierten en un ruiseñor, ave que llora por la noche la muerte de su hijo.

Niobe era una hija de Tántalo y Taigete, por tanto una Atlántide. Tuvo entre 12 y 20 hijos, de los que estaba orgullosa sobremanera. Níobe se vanagloriaba de su prole, mofándose de Leto, madre de Apolo y Artemisa, porque ésta sólo había tenido dos hijos. Además estos dioses sólo descendían de Zeus por parte paterna, mientras que los Niobidas (es un metronímico) descendían de Zeus por parte de madre (desde el abuelo materno Tántalo) y de padre (Anfión). Corrompida por su vanidad y con un extraño amuleto colgado del cuello, prohíbe el culto a Leto, pues se considera más digna de ser adorada en los altares. Comete el pecado de Hibrys, la soberbia que le lleva a despreciar a los dioses. Muy enfadado Apolo mata a flechazos a todos sus hijos varones y Artemisa masacra a las chicas, con la única excepción de Melibea, quien tras ver el asesinato de sus hermanos, se pone tan pálida que la llaman Cloris. Esta Cloris será reina de Pilos por su matrimonio con Neleo y madre del anciano Néstor. De esta rama genealógica parte la familia de los Alcmeónidas de Atenas...

Niobe al ver los cadáveres de sus hijos sintió tal dolor que, deshecha en un mar de lágrimas, queda inmóvil. Zeus la convierte en piedra y la transporta hasta el monte Sípilo en su Lidia natal, donde se podía ver cómo las lágrimas brotaban de una placa de mármol con forma de mujer.

Matanza de niobidas (presumiblemente)
Anfión quiere vengar la muerte de sus hijos e invade el santuario de Apolo en Delfos. Apolo lo mata, y después es castigado en el Tártaro.

Mientras en Tebas reinaban los Dioscuros tebanos, el legítimo heredero de Cadmo, Layo, se ganaba otra maldición en el exilio por méritos propios. Su benefactor, el rey Pélope, le confía a su hijo Crisipo para que le enseñe a montar caballos. Layo se enamora del joven. Durante unos Juegos Nemeos lo rapta. En la cronología aceptada estos juegos comienzan hacia el VI AC. En la mitología existen otros dos orígenes: 1) conmemoran la muerte de Ofeltes en tiempos de la Guerra de Tebas o en 2) fundados por Hércules tras la muerte del León de Nemea... En ese tiempo, Apolo mata a Anfión. Layo regresa para ser rey de Tebas y se lleva con él a Crisipo.

Cuando Pélope se presenta ante Layo, Crisipo se suicida por la vergüenza infligida, aunque también es posible que lo asesinara su malvada madrastra Hipodamia de Pisa o sus malvados hermanastros Atreo y Tiestes. Sin embargo, Pélope arroja sobre Layo la maldición de Apolo, por la cual amenaza que su estirpe se exterminará a sí misma. Por el crimen de Layo, Tebas también es castigada con la maldición de la Esfinge.

Layo toma como esposa a otra descendiente del linaje de Cadmo, Yocasta, hija de Meneceo y nieta de Penteo (pues el abuelo de Layo y la bisabuela de Yocasta eran hermanos: Polidoro y Agave, ambos hijos de Cadmo y de Harmonia).

Yocasta es la siguiente desgraciada propietaria del collar maldito. Durante años Layo y Yocasta intentan tener hijos, sin conseguirlo. Layo acude al Oráculo de Delfos pidiendo una solución. La respuesta del oráculo no le gusta nada: «Tu hijo matará a su padre y se acostará con su madre». Layo, prudente, guarda el secreto y no lo revela a su mujer, pero evita tener con ella relaciones sexuales. Una noche, bajo los efectos de la bebida se acuesta con su mujer, y engendra a Edipo (pies edematosos). El alcohol es malo, ya lo dijo Sófocles.

Los descendientes masculinos de los Labdácidas tienen algún problema congénito y hereditario para caminar (y si no lo tienen, lo inventan). Con el objeto de que no se cumpliera la profecía, Layo abandona a Edipo para que muriera, con los talones atravesados por un hilo (estos reyes siempre abandonan al niño en una situación imposible pero nunca se quedan para confirmar su defunción). Edipo es encontrado abandonado por los reyes Pólibo y Peribea (en algunos textos lleva el nombre de Mérope) de Corinto, quienes lo adoptan. Peribea hace pasar al niño como hijo propio y el defecto en los pies le ayuda a evitar suspicacias.

Años más tarde, Layo, cuando se dirige a Delfos en un carro para cómo acabar con la plaga de la Esfinge (o puede que para preguntar el destino de su hijo abandonado), se cruza con Edipo que iba o venía andando del mismo santuario para preguntar por su origen. El conductor le exige de mala manera a Edipo que se quite de en medio, a lo que éste se niega. En la pelea, Layo sale del carruaje y su hijo le da muerte. Edipo no puede regresar a Corinto, pues el oráculo le ha profetizado que está destinado a matar a su padre y casarse con su madre (sigue pensando que es hijo de los reyes de Corinto). En la mitología tanto de forma condicional como imperativa, Delfos es infalible. Por ello se dirige a Beocia y no a Corinto. A menudo, los medios desencadenados para evitar el oráculo conducen inevitablemente al destino profetizado.

En Tebas reina Creonte, hermano de Yocasta. La Esfinge es una bestezuela que habita en uno de los montes del oeste de la ciudad de Tebas, el Ficio o el Antedón. Desde ahí se dedica a asolar la campiña tebana destruyendo las siembras y matando a todos los que no fueran capaces de resolver sus enigmas. Mataba estrangulando, y algunas opiniones refieren que de ahí viene su nombre, ya que cerraba (esfinter, ‘cerrar’) el paso del aire a los desafortunados que caían en sus garras. La Esfinge propone a Creonte, que si alguien fuese capaz de resolver uno de sus enigmas se iría para siempre. En caso contrario, mataría a quienes fallasen y seguiría destruyendo.

Esfinge (sorprendida en un momento de apuro). Las esfinges griegas son chicas, las egipcias son chicos
Creonte publica un edicto en el BOE: al héroe que resolviera el acertijo, promete la mano (y el resto) de Yocasta y se convertiría en rey de Tebas. A pesar de la edad, Yocasta se mantenía joven y bella debido al poder del collar maldito. El acertijo, habría sido: “¿Qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?” Al preguntarle esto a un cojo, esta claro que lo va a saber. La respuesta es el ser humano, en aquellos casos que gatean cuando es pequeño, camina sobre dos piernas comúnmente y sobre tres cuando utiliza un bastón. Después de que Edipo derrota a la Esfinge que asola Tebas, la reina viuda Yocasta se casa con él. Tienen varios hijos (que son a la vez, hermanos de su padre y nietos de su madre, cosa que lamentarán): dos chicos, Eteocles y Polinices y dos chicas, Ismene y Antígona (algunos autores le quitan la gracia a la historia y creen que los hijos de Edipo proceden de un matrimonio posterior de Edipo, con Eurigania).

Se realiza una investigación para aclarar la muerte de Layo, en el transcurso de la cual se descubre que su asesino fue Edipo. Curiosamente, el mismo criado de los reyes de Corinto que recogió a Edipo cuando fue abandonado en el bosque, es también testigo del asesinato de Layo. Cuando Yocasta descubre que su marido es en realidad su hijo, se suicida (para  Euripides, su muerte tiene lugar después de que los hermanos Eteocles y Polinices se “suiciden” el uno al otro, a causa del trono de Tebas, durante la Guerra de los Siete).

Con Edipo ciego y exiliado en los alrededores de Atenas, los dos hermanos se reparten el trono. Eteocles expulsa a su hermano Polinices de Tebas y se refugia en Argos. En su huida, se lleva el collar funesto y el oro de las arcas de Tebas (esto lo dice Helánico de Lesbos). Polinices llega a Argos al mismo tiempo que otro príncipe exiliado de Etolia llamado Tideo. Los dos vagabundos se ponen a discutir por un lugar donde pasar la noche, hasta que son detenidos por la policía. El rey Adrasto de Argos, había recibido un oráculo que decía que tenía que casar a sus hijas con un león y un jabalí, así que tras enterarse de la disputa, interpretó que Tideo y Polinices eran el león y el jabalí (debido a que llevaban esos animales grabados en sus escudos o bien según otras fuentes a que la disputa había sido por la posesión de dos pieles de estos animales). Así que Adrasto casa a sus hijas con ellos: Deipile con Tideo y Argía con Polinices. Promete a Tideo luchar para restaurarle en el trono de Calidón en Etolia, pero antes debía prestar su ayuda para que Polinices recuperara el trono de Tebas.

En aquellos tiempos, el reino de Argos estaba dividido en cuatro territorios, al frente de los cuales se encuentra un tetrarca. El reino Norte con capital en Micenas era administrado por los descendientes de Perseo (y a la muerte de Euristeo, por los Tantálidas, Atreo y Tiestes). El reino Sur estaba dividido en tres estados, de los cuales el más poderoso es el reino Biántida de Adrasto, quien además es rey de Sicion - que hereda por vía materna tras la muerte de Sición y de su nieto Pólibo - , y también reina en parte de Beocia. Su cuñado y aliado es Anfiarao, tetrarca Melámpida. La cuarta tetrarquía es la Prétida cuyo rey Eteoclo a veces es uno de los Siete aunque suplente y su cuñado Capaneo siempre es uno de los titulares.


Erífile y Polinices (nótese que el collar es de piedras)
Polinices quiere organizar un ejército con siete generales para atacar cada una de las siete puertas de la ciudad. Pero antes tiene que convencer al cuñado de Adrasto, Anfiarao, que es un famoso adivino, para que le auxilie en la guerra. Para ello se vale de la ayuda de su señora, Erífile, hermana de Anfiarao y esposa de Adrasto. La reina es sobornada por Polinices quien le ofrece el collar de Harmonia a cambio de su ayuda. ¿Por qué quería el collar? Parece ser que el objeto está encantado y otorga la eterna juventud a su portadora (ahora se entiende que Edipo se casara con Yocasta y que ésta le diera hijos...). A veces, a este objeto maldito, también se llama collar de Erífile.

Erífile persuade a su esposo Anfiarao para participar en la guerra de los siete contra Tebas, aunque este sabe que moriría (los melámpidas tienen cierta capacidad congénita de predecir el futuro). Un tratado de paz entre los dos reyes después de una guerra entre Melámpidas y Biántidas daba el poder a Erífile de mediar en cualquier disputa entre hermano y esposo.

Tideo en el Bronce de Riace
La expedición de Los Siete contra Tebas resulta una tragedia, con la muerte de los dos hermanos rivales, Eteocles y Polinices en combate singular y de todos los líderes argivos, excepto Adrasto, que se salva por los pelos gracias a su caballo Arión. Antes de partir, Anfiarao encarga a sus hijos Alcmeón y Anfíloco que venguen su muerte (esto no es exacto, en realidad no muere, lo “traga la tierra”!! debido a su maldad al ofrecer el cerebro del tebano Melanipo al agonizante Tideo, hecho que repugna a los dioses).

En Tebas reina el regente Creonte por tercera vez (la primera fue a la muerte de Layo y la segunda entre el destierro de Edipo y el reinado de Eteocles). En alguna de estas regencias, presumiblemente en la primera, los príncipes vagabundos Anfitrion y Alcmena llegan a Tebas, exiliados de la tetrarquía de Tirinto-Micenas en el reino Norte. Anfitrion es el padre putativo de Hércules, que nace en el exilio.

Anfiarao
Diez o veinte años después, Tersandro, hijo de Polinices, quiere atacar Tebas, donde reina Laodamante, hijo de Eteocles. Para ello necesita contar con Alcmeon, hijo de Anfiarao. Igual que hiciera su padre, Tersandro soborna a Erífile, esta vez con el velo de Harmonía que hace juego con el collar, para que convenza a su hijo para dirigir a la  expedición. Alcmeon cumpliendo su deber, organiza el ejército de los Epígonos contra Tebas, con la ayuda de los hijos de los siete magníficos.

Con menos medios, tienen más suerte y conquistan la ciudad. Tersandro se convierte en rey de una Tebas arrasada. Los archivos en lineal B hallados en Tebas (en "Homero y Troya" de Joachim Latacz) sobre temas religiosos y económicos se detienen bruscamente hacia el 1.200 AC y no hay una Tebas en el Catálogo de naves (parte del Canto II de la Iliada). Sobre la Guerra de Troya ...

Representación etrusca deTideo devorando a Melanipo (duda: las fuentes dicen que Anfiarao le cortó la cabeza)
A su regreso, Alcmeon mata a su madre Erífile y le arranca el collar del cuello. Antes de morir, Erífile maldice a toda la tierra que acoja a un matricida. Y Alcmeon enloquece. Perseguido por las Benévolas (o Erinias) mientras huye por toda Grecia, llega a Psófide, la corte del rey Fegeo, quien le da a su hija en matrimonio.

Arsínoe Alfesibea se casa con Alcmeon cuando éste acude a la corte de su padre buscando protección frente a las Erinias, que lo estaban persiguen por haber matado a su madre Erífile. Se produce una gran sequía en las tierras que acogen al matricida. Se lleva consigo el collar y el velo maldito. Pero las Erinias no dejaban de acosarlo, por lo que Alcmeón, aconsejado por el oráculo de Delfos, acudió al río Aqueloo, donde unas tierras recién formadas por un meandro estaban exentas de la maldición por su matricidio.

Alcmeon llega al reino del río Aqueloo. Libre de la locura, comienza una nueva vida y se casa con la hija de Aqueloo, llamada Calirroe. Pasado algún tiempo Calírroe, que temía por su belleza, pidió a su marido el collar y la túnica de Erífile, que Alcmeón había regalado a Arsíone, negándole el lecho hasta que no se las entregara. Así que Alcmeón volvió a Psófide y convence a la ingenua Arsíone de que le diera el collar y la túnica diciéndole que los iba a entregar al oráculo de Delfos para librarse así de las Erinias. La joven, que ignoraba que su marido se había vuelto a casar, acepta encantada, pensando que así volvería con ella, curado de su locura. Pero el rey Fegeo se entera del engaño y ordena a sus hijos que mataran a Alcmeón cuando éste saliera del palacio.

Arsíone se estaba despidiendo a su marido desde la ventana sin saber nada cuando presencia cómo sus hermanos asesinan a Alcmeón y, sin dejarles dar explicaciones, los maldice con morir violentamente antes de la siguiente luna nueva. Fegeo, que también estaba incluido en la maldición, la encierra en un arca y la regala como esclava al rey de Nemea. Calírroe, arrepentida por lo que había hecho, pide a los dioses que permitieran que sus hijos, que todavía eran unos niños, pudieran vengar la muerte de su padre. Zeus atiende esta súplica e hace que los hijos de Calírroe pasen en una sola noche a la edad adulta, por lo que pueden cumplir el deseo de su madre.

Los Alcmeónidas (Anfotero y Acarmán, no confundir con los atenienses) vencen a los Fegeidas (Pronoo y Agenor). Consagran el collar en el templo de Delfos. Puede tratarse bien del primitivo santuario de Atenea o de la diosa Gea pre micénica, bien del Primer Templo de Apolo, que acaban de construir en aquella época los arquitectos Trofonio y Agamedes de Orcómeno de Beocia.

Delfos
Cuando acaba la Edad Mítica, el collar maldito y posible mente también el peplo, se encuentran custodiados en el templo de Delfos.