jueves, 12 de marzo de 2009

El Templo de Jupiter Capitolino


El Templo de Jove Optimus Maximus en el monte Capitolino, donde curiosamente era adorado con la forma de una piedra, conocida como Júpiter Lapis, sobre la que se realizaban juramentos (aún hoy existe el arcaísmo ¡Por Júpiter! que es también el título de un capítulo de Yo Claudio). También se adoraba junto a Juno y Minerva, la Tríada Capitolina.
El Templo fue construido por el rey etrusco Tarquinio Prisco y completado por el último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio, inaugurado posteriormente al comienzo de la época republicana. Tenía una escalinata de entrada en su frente en sus cuatro lados estaba rodeado por una columnata y dos filas de pilares dispuestos en línea con las de la fachada para formar un profundo pronaos, vestíbulo o la entrada de éste, que precedía los tres celdas que iban de lado a lado a la manera etrusca, siendo la central más ancha que las otras dos.
Sobreviven restos de los cimientos bajo el Ayuntamiento de Roma, que dejan constancia del tamaño de la superficie del templo (unos 3600 m).
En el tejado había una estatua de un auriga del artista etrusco Vulca de Veyes en el reemplazada posteriormente por una de bronce. Dentro, una estatua de Júpiter, también obra de Vulca, era de terracota y se le pintaba la cara de rojo en los días festivos.Bajo las celdas unos pasadizos subterráneos, en la que se almacenaban viejas estatuas y varias ofrendas dedicadas: ojo, aquí estaba la Tabla de Salomón, la espada de Cesar y la Menora entre otros, como un pequeño museo.
Un incendio lo destruyó por completo en 83 a. C., cuando el culto se perdió, y también algunos Libros Sibilinos. En el 69 d. C., el Capitolio fue asaltado por los partidarios de Vitelio, el año de los cuatro emperadores.
En la plaza frente al templo (Plaza Capitolina) había varios templos dedicados a divinidades menores, además de otros edificios religiosos, estatuas y trofeos.
En el siglo V, Estilicon se llevó las puertas doradas… ¿solamente eso? El hallazgo de la verdadera tumba de Estilicon, probablemente en una antigua iglesia arriana de Monsa, ayudaría a saberlo.

6 comentarios:

  1. ¿Por qué? La gente no se lleva su botín a la tumba.

    Estuve en el museo capitolino y por lo que vi, la Triada Capitolina era bastante relevante. Y yo ue pensaba que el panteón pagano era puro folclore.

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  2. Algunos faraones si lo hicieron. Flavio Estilicon se veía venir lo que le caía encima, por eso intentó hacer las maletas: parte de los libros sibilinos, las puertas del templo, etc se perdieron en esa época y en las revueltas siguientes. Si lo enterraron sus seguidores en una iglesia, tal vez estos objetos y otros estén por ahí cerca. Es más dificil que buscar las sandalias de Santiago Apostol en Iria FLAVIA

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  3. Los tesoros de la antigüedad no se "pierden", suelen transformarse en objetos cristianos para mayor gloria de Dios y de Su Iglesia.

    Ya sea fundiendo, esculpiendo o dándoles nuevo uso. Seguro que muchas cosas están a la vista. Dicen que el mejor escondite es no esconder.

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  4. Ya, como el segundo libro de retórica de Aristóteles que trataba de la risa. O la barbacoa de la Biblioteca de Alejandria...idem en la de Córdoba (Hixam II, creo).
    Un nuevo uso, como convertir un espejo en una mesa para desayunar, o un caliz del siglo I (no hay cero) en una copa para el botellón.

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  5. La biblioteca de Alejandría NO EXISTIÓ nunca.

    Habrá muchas referencias pero son invenciones. Publicidad viral de la antigüedad. ¿Cuánta gente no hay hoy en día que hablen de la Estrella de la Muerte como si existiera realmente?

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  6. Tienes razón, para hablar con propiedad deberiamos decir Universidad helenística de Alejandria de Egipto, donde estudió entre otros, el gran Magneton (antes de volverse loco y convertirse en el villano de la Patrulla Equis)

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