jueves, 23 de abril de 2009

Certificados de defunción I: las formas de morir


Hay días en los que es mejor no salir de casa...

Existe un asunto médico legal, del cual no te hablarán en la carrera, estimado teófilo necrófilo, porque estarán muy ocupados con el efecto de la entropía (qué es eso) sobre los seres vivos. Ni tampoco en el posgrado porque los esclavos están para trabajar (bueno, en el Antiguo Egipto al menos podían hacer huelgas). Me refiero al Certificado de defunción, que es obligado ante el fallecimiento de un ser humano conocido (de momento, para otros simios no hace falta) porque sin éste no se entierra (hola, Carrillo y otros).


La cosa se empieza a torcer con la definición de conocido. ¿Es conocido un tipo que no has visto en tu vida? Por supuesto: la viuda te enseña la fotocopia de un DNI de hace 40 años, caducado, con el águila sobre el escudo español y la profesión en el reverso que pone "sus labores" o "minusválido" (os lo juro, lo ponían así...), cuando no lo identifican con el carné del Partido Galleguista (?¡).

Bien, supongamos que es conocido (mejor, reconocido) que sino no avanzo...


El segundo problema viene con si la causa de la muerte se puede conocer, según esto me salen tres supuestos (puede haber más):

- natural (murió porque le tocaba)

- no natural o violenta: suicidio, homicidio o cualquier tipo de accidente (no son causas naturales)

- inesperada, súbita o sospechosa (esta es mi preferida)


El primero es el caso más sencillo. El abuelito llevaba mal sus 80 años, encamado y con oxígeno domiciliario por su EPOC e insuficiencia cardíaca congestiva. En el curso de una infección respiratoria, entra en fallo. Las monjitas que lo cuidan avisan doscientas veces a su médico de cabecera y el médico de urgencias se encuentra toda la literatura aramea escrita. Este certificado lo firma hasta doctor Cataplasma.


El segundo supuesto es algo más complicado. Si aparece un tipo colgado de un árbol por el cuello con una carta al lado o si encuentras restos al lado, por encima o debajo de un coche bastante deteriorado... hay que avisar al juez de guardia de instrucción. En el caso del ahorcado hubo alguien que tuvo la idea de cortar la rama, meter al muerto en una ambulancia y trasladarlo al Novoa Santos con el diagnóstico de "asfixia aguda" ... Para avisar a la autoridad, lo mejor es hacerlo a través de un número de urgencias como el 061, porque así queda la llamada registrada. Lo normal es que su señoría esté muy ocupado trabajando hasta altas horas de la madrugada, como Garzón y por ello delegue en las fuerzas de seguridad competentes (aunque no siempre lo sean) para que custodien el cadáver. Mientras no llegan, lo custodias tú solo, como los griegos ante el cadáver de Patroclo. En este caso es perceptiva una autopsia médico legal, realizada por un forense, como en CSI. En estos casos, conviene argumentar de forma más detallada las lesiones del sujeto, para no meterse en líos... sobre todo en días de especial significación como Nochebuena.


La muerte súbita es rizar el rizo, cualquiera se lo explica a un policía. Tiene tres características:

- ausencia de violencia externa (sino seria una muerte sospechosa del tipo anterior)

- rapidez de la muerte. Es un concepto discutido cuándo se empieza a morir alguien. La OMS excluye de este concepto cuando ocurre tras un periodo de evolución mayor de 24 horas (los médicos palestinos de la OMS siempre ayudando, como solo certifican moros bomba...)

- estado de salud previo que no amenaza a la vida. Vamos a ver, ¿no empecé diciendo que el médico de urgencias no conocía absolutamente de nada al difunto?

En este caso, estamos vendidos. No tenemos forma de argumentar una muerte violenta, pero tampoco sabemos porqué se murió. La custodia de estos cadáveres puede volverse particularmente violenta. Ejemplo insano: la hijastra Lucrecia Borgia quiere enterrarlo ya, pero su hijo Hamlet quiere hacerle la autopsia, casi siempre el tipo que lo encontró agonizando en la calle y que dió el aviso es el primero que desaparece, unos informes que aporta la familia para justificar que estaba agonizando ponen algo de una operación de hemorroides en 1978 y por último un borracho que aparece por allí quiere firmar el certificado de marras... Y que el guardia civil no sea conocido (de verdad ) del difunto, que entonces te vas a enterar de qué es un tercer grado.


Cuando escribí que podían existir otros extremos es porque la legislación española y la europea es bastante patética. En USA saben más, en parte porque existe pena de muerte. De todas maneras, estimado teófilo, imagínate el siguiente supuesto: un esquizofrénico que se cree supermán, fallece al caerse de una ventana... ¿muerte sospechosa de violencia? Por supuesto. ¿Suicidio? ¿Accidente? ¿Homicidio? Puede ser cualquiera de las tres. Un listillo podría argumentar que es una muerte natural, pues el resultado de su enfermedad le llevó a una situación tal que intentaría volar saltando por la ventana...

Sobre las causas últimas, lo dejo para otra entrada.

3 comentarios:

  1. Causa de la muerte: "se le paró el corazón", o mejor: "sus labores".

    O mejor aún, ¿no se le puede decir al benemérito que simplemente las personas se mueren porque les llega su hora?

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  2. Las causas de muerte las dejo para otra entrada, aunque la cosa va por ahí.
    El benemérito, empapado de lluvia, a las cuatro de la mañana, en pleno puerto de la Costa da Morte, está deseando oir que se murió porque le llegó su hora, pues la causa de la muerte le importa menos que los restos de Lorca, siempre que un pringado firme el certificado. Los funcionarios en general lo que quieren es que no se les moleste (les van a pagar igual por dormir que por custodiar un cadaver a altas horas de la madrugada, hasta que a las 8,30 horas el juez de guardia les ordene trasladar el cadaver con el visto bueno del forense.

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  3. No tenía ni idea que era seguidor suyo, pasaba por aquí, y plaff, veo mi foto, se que he hecho bién haciéndome seguidor suyo.
    Un abrazo.

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